La Organización de la Naciones Unidas (ONU) declaró el 17 de mayo como el Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, también conocido como “Dia de Internet”. El desarrollo de Internet y la Red Global de Computadoras (www) internet ha sido fundamental para la innovación, el empoderamiento para las personas de todo el mundo, el acceso a conocimiento y para el ejercicio de la libertad y otros derechos humanos. A medida que la red se ha desarrollado ha facilitado diversas actividades tales como la difusión de información, contenidos; ha servido como un medio sin fronteras para la colaboración e interacción entre las personas; ha permitido el ejercicio de derechos; ha representado una herramienta que permitió la evolución de la sociedad y la creación de otras tecnologías más avanzadas. 

El 29 de junio de 2012, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la resolución A/HRC/20/ L.13 para la “promoción, protección y disfrute de los derechos humanos en internet”; en dicha resolución se consideró el acceso a internet como un derecho humano y básico que tienen todas las personas humanas. También se recomienda a los Estados promover el acceso a internet a sus ciudadanos, y evitar cualquier forma que impida esta libertad o que afecte los derechos humanos, por ejemplo, los apagones de internet, la vigilancia ilegal de las comunicaciones, entre otros. Las personas de todo el mundo deberían poder utilizar Internet para mejorar su calidad de vida y ejercer sus libertades a través del aprovechamiento de las ventajas que ofrece la red y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC’s). 

Desde sus inicios internet fue concebida como una herramienta para la libertad y el acceso a conocimiento que debía estar fundamentada en principios tales como: compartir recursos, acceso abierto, y en una fuerte oposición al control gubernamental en la regulación de internet para dar paso a la toma de decisiones democráticas de todas las partes interesadas en el funcionamiento de la red. Internet no tenía un carácter comercial; no era como la conocemos actualmente. Al principio fue desarrollada y estuvo gestionada por una comunidad de entusiastas con conocimiento técnico y con ideales comunes que estaban vinculados a varias universidades estadounidenses; fue esta comunidad de personas quienes desarrollaron los estándares técnicos y las funcionalidades básicas de internet tomando en cuenta una serie de principios técnicos que la comunidad concebía como la naturaleza de internet. Se pensó como una red que debía ser abierta y accesible para todos, no sólo en su aspecto técnico sino también respecto de la manera cómo se usaría internet, por lo que se desarrolló con base a una serie de principios no técnicos que están inspirados en las libertades y derechos humanos reconocidos en declaraciones y convenios internacionales en materia de derechos humanos, como por ejemplo, el acceso a la información, la libertad de expresión, seguridad, privacidad, transparencia, educación, entre otros. En ese sentido, internet tiene una fuerte relación con el Derecho y, específicamente, con los derechos humanos. 

Estos ideales y principios técnicos y basados en los derechos humanos sobre los cuales se ha desarrollado internet a lo largo de décadas han permitido que la red sirva para la comunicación abierta, la cooperación y la construcción de comunidades. Es por ello por lo que, para la mayoría de los países del mundo, internet es una herramienta poderosa para la comunicación, la innovación, los negocios y la creatividad. Lo anterior ha sido posible gracias a los diversos esfuerzos de múltiples partes (Estados, empresas, sociedad civil, comunidad técnica, organismos internacionales, academia) para mantener el espíritu y naturaleza de internet como un espacio sin fronteras, seguro, en donde se promueven y garantizan las libertades y derechos en ambientes virtuales y a través de las tecnologías de la comunicación e información. Lo anterior ha sido posible gracias lo que se conoce como “Gobernanza de Internet”. 

Internet es de todos; en otras palabras, nadie es dueño de internet sino más bien funciona gracias al esfuerzo global, colaborativo y no remunerado de múltiples partes. Para que internet llegara a funcionar como la herramienta que conocemos actualmente, requirió de estándares, prácticas, leyes y políticas para el ejercicio de derechos humanos, la innovación, la creatividad y las oportunidades económicas. Fue así como surgió “la Gobernanza de Internet”, que no es un campo nuevo, sin embargo, aún es bastante desconocido.  Cuando nos referimos a la Gobernanza de Internet hablamos de un conjunto de principios, normas, reglas, acuerdos, actividades, procesos de toma de decisiones y actividades en la que participan los gobiernos, organismos internacionales, sector privado, sociedad civil y la comunidad técnica para la toma de decisiones respecto de la operación, uso y evolución de Internet.  Todo lo anterior se discute, analiza y se decide en foros internacionales para la gobernanza de internet (IGF) en donde participan las partes interesadas en trabajar mapeando problemas y encontrando soluciones para la regulación y funcionamiento de internet; además de discutir sobre el futuro de internet, ahora también se incluyen en estos foros a tecnologías avanzadas tales como blockchain, inteligencia artificial, etc. Ha sido en estos foros en donde se aborda la regulación y defensa de internet libre y accesible, los riesgos cibernéticos, y los desafíos para la defensa de los derechos humanos en ambientes virtuales y mediante el uso de las TIC’s. 

Finalmente, el objetivo de este breve resumen y reflexión en conmemoración del Dia de Internet es acercar un poco el conocimiento sobre la importancia de internet, e invitar a más sectores a que reconozcamos el valor y los desafíos que implica mantener una Internet con naturaleza abierta, libre y accesible para nuestros negocios, actividades y para la innovación; también es una invitación a involucramos en la mejora y defensa de Internet como herramienta y espacio de colaboración e innovación.